La pesca de todo tipo es prohibida para aquellos que visitan estos lugares pero los únicos que si pueden pescar son las personas que residen en las islas. Aunque ellos son permitidos a pescar, lo tienen que hacer bajo restricciones para así seguir conservando este bello paraíso.

Los unicos habitantes en estas islas son los Garifunas que viven en pequeñas comunidades y solo hay 9 casas privadas en el Cayo Grande, seis en el Cayo Menor, y 13 en los otros cayos.
En los Cayos Cohinos Honduras existen dos complejos playeros turísticos los cuales proveen acomodaciones a los turistas en Cayo Grande y se puede llegar hasta ellos desde varios lugares como La Ceiba, Sambo Creek, Roatán, y Utila. Algunas personas recomiendan que es mejor viajar a estos callos por medio de un paquete turístico que se puede obtener en La Ceiba o Sambo Creek.
El
fuerte color turquesa de sus aguas bordadas por sus maravillosas playas
de arena blanca hacen de Cayos Cochinos uno de los mejores paraísos
tropicales del mundo.
Este archipiélago compuesto por 13
islotes y dos islas pequeñas en el Caribe hondureño conserva el segundo
arrecife de coral más grande del mundo, que forma parte de la Barrera de
Coral Mesoamericana.
Esta reserva marina protegida se ubica a
unos 40 kilómetros al noreste de La Ceiba. No solo es el mar, sus
arrecifes y playas son sus mayores atractivos. También la vida cultural
de sus escasos habitantes de la etnia garífuna.
El ecosistema marino conserva unas 110
especies de arrecifes de coral, bellezas que solo pueden ser apreciadas a
través del buceo y el snorkel, que son las únicas actividades
permitidas en esta reserva natural acompañadas por un guía.
El turismo sin rastro ha permitido que esta área protegida permanezca fuera de la intervención de la mano del hombre.
El origen de la tonalidad turquesa que
caracteriza a sus tranquilas aguas es obra de los millones de restos de
corales y otras especies diminutas que descansan en la playa.
El grupo de islas con orígenes
volcánicos conserva una gran riqueza ecológica y natural, que sirven de
hábitat para muchas aves y reptiles. Al explorar sus interior caminando a
través de sus senderos que se abren paso por la espesa vegetación, los
visitantes se encuentra con la boa rosada, especie endémica.
En el trayecto también se observan
jamos, iguanas, ranas y mamíferos como los mapachines y tepezcuintes,
que forman parte de la rica fauna de este archipiélago.
Un bosque tropical latifoliado le da
vida a los dos cayos que se imponen en el grupo de islotes, y adonde una
comunidad de árboles como el indio desnudo y el encino roble sobresalen
del paisaje que en algunas veces se vuelve escarpado.
Un viaje de emociones
Un viaje de emociones
Llegar a este paraíso caribeño solo es posible a través de la vía marítima o por helicóptero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario